Las sociedades actuales exigen ciudadanos participativos que sean más que un consumidor que hace valer sus derechos, sino que sean entes informados y propositivos en las realidades que los rodean y afectan.
RNB > GSD 2.0 > 24.11.10
“Sólo el que está informado puede tomar decisiones”, decía un locutor con voz característica en un conocido llamado de la Radio Cooperativa.
Era otro contexto y otro tiempo. Sin embargo, esta frase ha seguido vigente a través de los años. Y es que las sociedades actuales necesitan contar con ciudadanos que participen y se informen constantemente de lo que sucede a su alrededor.
Los estándares se han ido subiendo y hoy se exige que un ciudadano sea más que un consumidor, es decir, que esté conciente no sólo de sus derechos económicos, sino que también de los culturales y humanos, por mencionar algunos. “Ser ciudadano implica, además, defender esos derechos, participar en la actividad pública, pedir cuentas a las autoridades electas, involucrarse activamente en ámbitos que son de interés público y/o de la comunidad a la que se pertenece”, sostiene la administradora pública Paulina Vergara, coordinadora de Asuntos Estudiantiles de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad de Chile.
Algo que se ha logrado mediante las plataformas tecnológicas 2.0, porque, tal como se señala en la Radiografía del Chile Digital 2.0 en el Bicentenario, realizada por la Consultora Divergente, “la web 2.0 y sus redes sociales han logrado que el contacto entre las personas pase de ser individual a colectivo y múltiple. Twitter ruge ante un escándalo político o un resultado deportivo, Facebook reúne a miles en causas que congregan a un colectivo rico y diverso”.
De esta manera, los ciudadanos/usuarios actuales están más entrenados para opinar, ya que viven en un escenario más activo, donde claramente la delantera la llevan los jóvenes y adolescentes. De hecho, según refleja la investigación de Divergente, los mayores porcentajes de acceso a internet están en esos grupos etarios, con un 98,3% de jóvenes adultos, un 97,2% de jóvenes y el mismo porcentaje para la categoría adultos, además de un 94,8% de adolescentes. Así, esto implica que “quienes comentan estados y opinan a través de las redes sociales van a tener una vida distinta a quienes se les enseñó a quedarse callados y crecieron con la frase ‘los niños en la mesa no hablan’”, se precisa en el estudio.
Ciudadano chileno
En Chile, hablar del ciudadano actual es hablar de una diversidad e inequidad bastante considerable, dice Paulina Vergara, ya que en el Gran Santiago existe acceso a tecnologías y movimientos ciudadanos muy interesantes y cita como ejemplo emblemático el caso de Punta de Choros, cuyos movimientos de defensa fueron organizados por plataformas electrónicas y desarrollados en pleno centro de Santiago.
Sin embargo, pensar en éste como el ciudadano chileno es un error y significa tener una visión muy centralista. “Luego del terremoto-tsunami, hay zonas tan dañadas, como Dichato (VIII Región), que no tienen acceso a bienes básicos aún y, por lo tanto, están lejos de acceder a tecnologías. Pese a ello, son ciudadanos que participan activamente preocupados por defender su identidad y reconstruir su lugar”, asegura la profesional de la Universidad de Chile.
En cambio, en zonas aisladas y rurales, ser ciudadano es algo difuso y tan lejano como la realidad de la capital. “Si a esto sumamos las brechas en educación, podríamos decir que dentro de Chile conviven ciudadanos activos y concientes y otros que ni siquiera tienen el espacio ni los medios ni los conocimientos para participar”, añade.
Volver al civismo
Paulina Vergara afirma que la educación es por lejos el factor más relevante. “La educación cívica ya no existe en nuestros colegios y sin ella es difícil que contemos con ciudadanos participativos. ¿Se puede participar y tener opinión de algo que no se conoce, de algo cuya importancia desconocemos? La participación ciudadana es importante para los individuos en la medida que se dan cuenta del rol que pueden ejercer para defender sus derechos e influir en la vida pública”, analiza.
Por otra parte, indica que los estudios sobre la educación chilena demuestran que somos malos lectores, puesto que nuestra compresión de lectura es de mala calidad. “¿Cómo ser ciudadanos responsables e informados, si no comprendemos hechos en su globalidad, en su contexto? ¿Cómo analizar la información que se nos entrega cuando no la comprendemos?”, reflexiona.
Por ello, se hace necesario mejorar muchos factores para participar en forma responsable e informada en la sociedad. Primero, se requiere “ser inquieto y curioso, ir más allá de lo que los medios masivos nos dicen y más allá de lo oficial. Para esto, insisto, la educación cumple un rol fundamental”, dice.
En ese sentido, hay un desafío para el sistema educacional chileno, puesto que antes el aprendizaje quedaba reducido a lo meramente cognitivo. Sin embargo, las generaciones actuales necesitan acceder al conocimiento y ser ellos mismos los generadores de saberes y de intercambio con otros, puesto que esta relación de reciprocidad es también fuente para la generación de nuevo conocimiento, según se plantea en la Radiografía del Chile Digital.
Y es que, en definitiva, “participar es reflexionar sobre nuestra realidad, criticar, proponer, actuar, para todo lo cual se debe pensar en los míos y en los demás. Responsabilidad y solidaridad van de la mano”, especifica Paulina Vergara.
En esto, la tecnología ha demostrado ser un excelente aliado para el ciudadano, ya que le permite comentar, criticar, alzar la voz, contar, reunirse con otros que piensen como él o ella. También hace posible tener más rapidez para obtener información y más diversidad de opiniones y posturas.
Qué hacer para participar más activamente
La administradora pública de la U. de Chile entrega tips para alcanzar una mayor y mejor participación:
- No se puede participar sin saber.
- Primero se debe aprender, informarse, no contentarse con conocer sólo un lado de los asuntos que interesan.
- Y, luego, no conformarse con solamente dar la opinión, la participación implica atreverse a tratar de cambiar la realidad por algo mejor. Si no está de acuerdo con las termoeléctricas vaya a las manifestaciones, pero también tenga propuestas, forme parte de alguna organización o apoye aquellas que defiendan la causa que usted considera es válida, sea voluntario, integre una comisión de estudios, etc.
- Hoy existen distintas posibilidades para participar de las cuestiones que nos preocupan, pero debo insistir que la sola opinión no basta para cambiar las cosas.
La actitud 2.0
De acuerdo con la Consultora Divergente, es la forma de actuar de los ciudadanos que están más cerca de una nueva forma de socializar, que es precisamente a través de las redes sociales, por lo que se desenvuelven mejor en los nuevos escenarios sociales que abre la red.
Programa de Alfabetización Digital y Mediática 2.0 PADM 2.0 – GSD 2.0 – www.serdigital.cl