Amor en tiempos de Facebook

Actualmente la comunicación en las parejas no sólo se limita al espacio presencial o al teléfono. Las redes sociales -y en especial Facebook – se han transformado en lugares favoritos para que los enamorad@s construyan su amor. En SerDigital te daremos algunos consejos para llevar de la mejor forma tu experiencia digital junto a tu pareja.

 CSD > @SerDigitalCL > 01.10.11 

Las redes sociales 2.0 al estar presentes en la cotidianidad de la mayoría de las personas, han dado origen a un mayor número de códigos, permitiendo el desarrollo de nuevas formas de interacción entre ellas, y por supuesto incluyendo a las relaciones amorosas.

Hay que tener en cuenta que el amor forma parte de nuestra vida digital, por consiguiente debemos procurar llevar una relación de pareja lo mejor posible. Tal como en el mundo análogo, en el mundo digital existen claves de convivencia.

 Consejos 2.0 para el amor

El psicólogo y conocido twittero Arturo Berger (@Alohran)  nos comenta que en primer lugar se debe tener en cuenta que las redes sociales son un territorio “abierto” y facilitan difusión de información. Y en relación a lo anterior nos entrega 4 consejos esenciales para evitar problemas con la pareja.

1) Si ambos tenían cuenta en redes sociales al conocerse (o si se conocieron por estas), de forma mutua dejar en claro qué se espera y que no del otro en cuanto al uso de sus perfiles.

Esto se relaciona directamente con los niveles de tolerancia, seguridad y confianza personales, pero -a mi parecer- es mejor conversar de ello para evitar malos entendidos. Por ejemplo, comentarios «afectuosos» respecto de artistas, actores/actrices, o inclusive para con otros integrantes de las redes sociales pueden ser muy normales individualmente, e inclusive en conjunto, pero a su vez hay que considerar que alguna de las partes puede llegar a sentirse incómoda o menospreciada a través de esos comentarios, por lo que un diálogo abierto y sincero es la clave para evitar malos entendidos innecesarios. Pero esto va en directa relación con la personalidad de cada uno y los niveles de seguridad personales.

2) Intentar, por todos los medios posibles, restringir al mínimo la intimidad expuesta a través de estas redes. Indirectas, asuntos personales o de las dos partes NO deben ser expuestos al público, o al menos debe evitarse lo más posible. Dichos mensajes o acciones terminan convirtiéndose en «conventilleo» inútil, donde empiezan a intervenir terceros que nada tienen que ver y que pueden llegar a crear grandes problemas al «aconsejar» u «opinar» de algo de lo que sólo están viendo la punta del iceberg.

3) Por ningún motivo intente acceder a la cuenta de su pareja, a menos que esta le solicite que lo haga. Tampoco le pida que se lo permita. Al igual que con las cartas, los perfiles de redes sociales son personales y «privados» (entre » » por lo antes señalado). Se debe considerar que, antes de que la relación se iniciara, cada persona tenía su propia vida, su círculo social y sus contactos con quienes tiene una dinámica de trato y con quienes tiene también niveles de intimidad por estos medios (como los inbox en Facebook o los DMs en Twitter). Los mensajes se prestan muy facilmente para malas interpretaciones cuando no se conoce el contexto, y si ud. vive pendiente de esos mensajes o preguntándose qué hará su pareja en sus perfiles, tenga por seguro que lo pasará pésimo, vivirá perseguid@, y dudará hasta de los puntos y comas que lea. Si tiene dudas o algo que quiera saber de su pareja, pregúntele. Pero evite caer en la tentación de ver lo que no le corresponde ver. Es un acto tanto de confianza, como de salud mental. Y si al final resulta que su pareja algo tenía que ocultar, será la vida misma (y su propia alerta) la que se lo demostrará.

4) Cualquier tipo de problema, comunicación importante u otros, NO la realice por las redes sociales, por ninguna de las vías (DM, mention, inbox, publicación en el muro, etc.). Deje las redes sociales para cosas más superficiales, o como usaría un mensaje de texto. En otras palabras: úselas para iniciar una comunicación o para estar «en contacto» y «acompañarse» desde donde estén, pero NO como la vía principal de comunicación. 140 caracteres de Twitter, o los que sean permitidos en Facebook no son suficientes. El lenguaje digital (verbal) requiere también de lenguaje análogo (no verbal) para realmente transmitirse lo que se quiere transmitir. Las palabras necesitan complementarse con actos, gestos, miradas, tonos de voz, posturas, etc., para que realmente se produzca una comunicación satisfactoria. El texto plano es multi-interpretable. Como bien dice una frase: «el papel lo aguanta todo». Las redes sociales, también. Dudas, preguntas, incertidumbres, emergencias, etc., siempre trátelas o en vivo, o en algo que integre más que sólo texto. Es impresionante el nivel de malinterpretación que puede llegar a tener algo por esas vías.

Las redes sociales pueden afectar las relaciones amorosas, sin embargo no olvidar que somos nosotros quienes le otorgamos este poder, el cual puede siempre ser controlado si existe comunicación y confianza entre la pareja.

Cuéntanos ¿Tu crees que Facebook está afectando las relaciones amorosas?

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Descubrir la accesibilidad de la internet desde un smartphone es prácticamente perderse por lo menos un mes en la red. Frente a cada nueva consulta, suceso nacional, receta, dirección desconocida, copucha, etc., la respuesta está en mi bolsillo: «mi lindo smartphone solucionará todos mis problemas». La dificultad principal radica en que el uso, abuso y amor al smartphone (esa linda historia de amor y obsesión) deja de lado al otro significativo: la pareja, quien lamentablemente no tiene un smartphone (pobre criatura, cómo puede).

Si bien muchas parejas optan por respetarse mutuamente en aquellos espacios personales, otras comienzan a interiorizarse en las redes sociales. La etapa de “seducción” hacia este mundo de la internet se centra, entonces, en saber cómo las redes sociales, las TICs y la conectividad pueden aportar a la relación de pareja y a las necesidades de cada uno en particular, tanto en el área laboral, como en el área social y comunicacional. Lo ideal, entonces, sería abrir nuevos canales de comunicación a través de la red social, que obviamente no se volverá exclusivo, pero sí aportará en gran medida a mantener comunicada a la pareja.

Oh, claro, sin que esto pase a ser un control absoluto, monitoreando cada check in, cada tweet o cada etiqueta en fotos de Facebook. Cada cosa tiene su límite.

En mi propia experiencia, mis amigos me ayudaron. Cuando mi pareja descubrió que la mayoría de mis amigos tiene un smartphone, comenzó a interesarse hasta que terminó adquiriendo uno. Luego de una conversación sin fin alguno, en donde @cmontecino y @panchocerda le contaron las múltiples ventajas de tener un smartphone, dos días después estaba comprando el suyo. Ahora, la que me retaba porque de pronto me veía revisando el Timeline, me cuenta a través de Whatsapp  usa una aplicación para encontrar tiendas, descuentos y para bajar recetas de cocina (no soy machista, es que a ella le gusta cocinar).

Por supuesto, he tenido que seguir explicándole muchas cosas. En parte, para que entienda que cada duda que tenga la intentaré resolver usando el iPhone y que no es una obsesión de mi parte, y por otro lado, para ayudarle a encontrar la aplicación particular que resolverá la necesidad que presenta (“Mi amor, ¿cómo hago para que el iPhone me diga esto?”). Es agradable saber que lo que para muchos significa ensimismamiento, puede ser orientado a convertirse en un nuevo espacio para compartir; ahora todo con cuidado, pues siempre hay situaciones en las que estos límites pueden trastocarse hasta transformarse en situaciones complejas.

 Con mucho para debatir y harto para reflexionar, ¿Cómo llevan su Vida Digital en pareja?

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