Las estafas existen tanto en el mundo cotidiano como en el virtual. Por ello, es conveniente conocer algunas formas de protegerse frente a posibles delitos.
RNB > GSD 2.0 > 13.11.10
Poco a poco, las estafas por internet se han ido esparciendo más y más, hasta llegar a encontrarnos con personas cercanas que han sido víctimas de ellas.
Es así como los clientes de diversas entidades bancarias han sido blancos de intentos de estafa por medio del phising, modalidad donde los estafadores utilizan una réplica de la página del banco para capturar la clave secreta de acceso. Y también a través del pharming, que es cuando la clave se obtiene mediante llamadas telefónicas en las que el delincuente simula ser ejecutivo de la entidad financiera.
Sin embargo, esas son sólo algunas formas. Actualmente, la preocupación por estas estafas es alta, por lo que hace un tiempo, la Comisión Federal del Comercio de Estados Unidos (Federal Trade Commission, www.ftc.gov/) decidió legislar sobre los delitos cometidos por comerciantes, ante la gran cantidad de quejas recibidas por los usuarios.
Junto con ello, hicieron pública una lista con los fraudes más frecuentes que se producen, algunos independientemente de la red.
Por ejemplo, fraudes en subastas, timos de proveedores de servicios de internet, cobros inesperados en la cuenta del teléfono por servicios que no se han solicitado ni contratado; abusos en las tarjetas de crédito, marketing multinivel o redes piramidales u oportunidades de negocio y timos del tipo “trabaje desde su propia casa”.
También consideran formas de fraude como planes de inversión para hacerse rico rápidamente, con promesas de rentabilidades muy altas. Asimismo, están los timos en viajes o paquetes vacacionales, los telefónicos, especialmente extendidos en sitios de sexo, y en Chile, con la promesa de regalos por la compra de tarjetas de recargas telefónicas, entre muchos otros.
Si bien el formato es diferente, no hay muchas diferencias entre una estafa en internet y una en el mundo cotidiano. Finalmente, se trata de un engaño y de un delito, por lo que los castigos son los mismos. La única salvedad es que en la web los estafadores pueden esconder aún más la cara y desaparecer de una manera más rápida y fácil.
En ese sentido, la Comisión Federal del Comercio de Estados Unidos aconseja comprar exclusivamente en sitios web de confianza y alejarse de los que no entregan una dirección real o un número de teléfono.
Recomendaciones
A través de este link: http://www.ftc.gov/bcp/edu/pubs/consumer/general/sgen23.shtm, la institución estadounidense da 10 consejos para evitar ser víctimas de fraude. Acá te presentamos algunos de ellos:
- Transferir dinero no es igual a enviar dinero efectivo, puesto que la persona que lo hace no cuenta con protección contra pérdidas. Por ello, los estafadores suelen insistir en el pago mediante una transferencia de dinero, sobre todo desde el extranjero, ya que es casi imposible revertir la transacción o seguir el dinero. En ese sentido, la FTC recomienda no transferir dinero a extraños ni a vendedores que insistan en pago por este sistema. Tampoco hacerlo a alguien que diga ser un familiar que está viviendo una emergencia y pide guardar el secreto del favor.
- No enviar dinero a un desconocido, ya sea un vendedor online o alguien que te interesa amorosamente y te pide dinero. “Lo mejor es tratar con sitios conocidos y confiables. Si compra artículos en una subasta en línea, considere usar un método de pago que le ofrezca protección, como una tarjeta de crédito. No envíe efectivo ni use un servicio de envío de transferencias”, dicen en la FTC.
- No responder mensajes que piden información personal o financiera, ya sea que éstos lleguen por e-mail, una llamada telefónica, un mensaje de texto o un anuncio. Es importante no hacer clic en los enlaces de los mensajes electrónicos y no llamar a los números que dejen en el contestador automático. “Los delincuentes detrás de estos mensajes están tratando de engañarlo para que usted les dé su información personal. Si recibe un mensaje que le da preocupación sobre su cuenta, llame al número de teléfono que figura al dorso de su tarjeta de crédito o débito, o en su resumen de cuenta, y verifique la información”, recomiendan.
- No jugar a una lotería extranjera, ya que es fácil tentarse con mensajes que alardean sobre las grandes probabilidades de ganar una lotería extranjera, o cuando los avisos le dicen que ya ganó. “Para poder cobrar su premio le pedirán que pague ‘impuestos’, ‘cargos’ o ‘aranceles aduaneros’. Si usted envía el dinero, nunca lo recuperará. Segundo, es ilegal participar en loterías extranjeras”, informan.
- Es conveniente leer las boletas y cartolas del banco con regularidad, tanto en papel como en línea, puesto que los estafadores roban información de las cuentas para gastar el dinero o cometer delitos bajo el nombre de las víctimas. “En ocasiones, los comerciantes deshonestos facturan ‘cargos de membresía’ mensuales y otros bienes o servicios que usted no autorizó. Si detecta cargos que usted no reconoce o no autorizó, comuníquese inmediatamente con su banco, con el emisor de su tarjeta, o cualquier otro acreedor”, afirman.
Y por último, aconsejan ingresar al sitio http://www.alertaenlinea.gov/ para aprender a evitar el fraude en internet, mantener la computadora segura y proteger la información personal. Por otra parte, en el sitio http://www.delitosinformaticos.com es posible encontrar información sobre estafas y fraudes que se han realizado a través de la red.
Testimonio: Estar atento a las señales
Existen distintas formas de estafar mediante internet. Una de ellas es la compra online, tal como le sucedió a Patricia, quien necesitaba enviar un correo de difusión masiva y nunca había contratado uno, así es que buscó por internet y encontró una empresa que se dedicaba a realizar estos servicios. “Los llamé por teléfono y me dieron indicaciones a seguir, lo mismo que aparecía en la web, había que elegir un pack y hacer la transferencia para habilitar la plataforma”, cuenta.
La profesional recuerda que le pareció extraño encontrar algunas faltas de ortografía en la web, “pero el resto se veía normal, una página amigable, con diversos medios de pago y eso me hizo pensar que tal vez era confiable”.
Luego de pagar el servicio, Patricia intentó enviar los correos desde la plataforma. Sin embargo, se percató de que esta acción arrojaba errores, por lo que llamó a la empresa y la respuesta fue que ellos mismos podían enviar los mensajes. “Ahí no me gustó. Al insistir en que yo los quería enviar, me dijeron que el sistema tenía problemas con el servidor y que tardaría unos tres días en solucionarse. A estas alturas ya había hecho la transferencia, por tanto me di cuenta de que ya me habían estafado”, asegura.
En este caso, el monto de la estafa fue de $ 30.000, pero hay otras situaciones en que el dinero involucrado ha superado el millón de pesos.
Luego de ello, solicitó la devolución del dinero a la empresa, pero ésta no respondió claramente: “Me tramitaron mucho, había protocolos raros y no funcionaron. Los llamé insistentemente para solicitar la devolución, llamé para pedir datos del encargado y la persona que contactaba era muy rara, hablaba muy mal y no entregaba información, finalmente me dijo que estaba en Curicó, pero el fono era de Santiago. Finalmente, nunca me devolvieron la plata”, relata.
Patricia confiesa haberse sentido horrible y muy tonta por no haber atendido las señales de la estafa: “entre ellas la falta de ortografía y que la persona que me contestó por primera vez hablaba mal y no parecía nada de confiable, pero pensé que tal vez era alguien poco calificado o poco entrenado y, por mi apuro, lo dejé pasar. En fin, lo peor es sentir que no tienes a quién acudir”, sostiene.
Las consecuencias de esta estafa fueron que ahora Patricia se siente muy desconfiada de las compras online y sabe que no volvería a pagar algún servicio desconocido por internet.
Asimismo, toma algunos resguardos. “Casi nunca compro cosas en línea, pero si lo hiciera averiguaría mucho más y si los montos son altos, no me atrevería a pagar por internet, menos si es una empresa que no conozco”, afirma.
Y agrega: “Ésta fue una pésima experiencia, que creo daña a otras empresas. Hay que tener más cuidado y ser menos confiado”, aconseja.
Otros consejos
- No ingresar a sitios de comercio electrónico o internet banking desde computadores de otras personas, siempre hacerlo desde el computador personal y con antivirus.
- Es conveniente configurar el programa de email para no ejecutar programas de manera automática.
- Desconfiar de empresas que solicitan un depósito sin dar la opción de pagar con tarjeta de crédito.
- Ser responsable y buscar en el sitio web información sobre la dirección física de la tienda y sus teléfonos.
- Al realizar la compra, poner atención al plazo de entrega, las formas de pago, la entrega de factura, el período de garantía y las condiciones para poder cambiar el producto.
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