Nuevamente se relacionan hechos sangrientos y lamentables con el uso de videojuegos. ¿Qué tan cierta es esta asociación?
SerDigital > @SerDigitalCL >24.12.12
Bastó que se divulgara que el autor de la matanza de Newtown, Adam Lanza, se pasaba cuatro horas diarias jugando a Call of Duty y leyendo temas de armamento, para que, una vez más, se encendieran las alarmas entre quienes proponen establecer mayor regulación a los videojuegos.
A raíz de los lamentables sucesos donde murieron asesinados 20 niños y 8 adultos, un senador demócrata pidió a la Academia Nacional de las Ciencias un informe sobre videojuegos violentos y programas que podrían estimular la agresividad de los menores. También pidió a la Comisión Federal de Comercio (FTC) y a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estudios similares, iniciativa que ha sido bienvenida por la organización Common Sense Media (CSM), dedicada a mejorar la educación infantil.
Sin embargo, las iniciativas tendientes a limitar este tipo de videojuegos han sido desechadas por la Corte Suprema de Estados Unidos en atención a la primera enmienda de la Constitución sobre protección a la libertad de expresión.
Por su parte la Asociación del Videojuego, la Entertainment Software Association, tras dar el pésame a las víctimas de Newtown, reiteró que los estudios realizados sobre juegos electrónicos han demostrado que no tienen relación con la violencia real.
En notas anteriores te hemos contado acerca de la complicada relación videojuegos-niños-padres. Muchos expertos señalan que la idea para contrarrestar o disminuir posibles riesgos asociados a la violencia de estos juegos es que tanto padres como educadores se involucren y conozcan mejor esas herramientas, que bien usadas pueden ser muy positivas.
Esta es la clave, que toda actividad del niño debe ser supervisada por un adulto y valorada en el contexto del crecimiento del mismo. Pero esto es válido para cualquier “medio” y no sólo para los juegos. La lectura de un libro, la televisión, pueden ser igual de dañinas – quizás más en algún caso, la TV que está puesta en “automático” en los hogares y sin revisión- sino están acompañadas del “contraste” con un adulto que busque sacar de cada encuentro con un medio una nueva experiencia enriquecedora.
Es hora de cambiar el paradigma y analizar el fenómeno de los videojuegos en la vida de los niños de otra forma. No todo es negativo y, muy por el contrario, es posible encontrar muchas ventajas para el desarrollo de los chicos en esta actividad.
Los padres deben involucrarse en las actividades que realizan sus hijos en la red. Supervisar que los juegos que usan sean acordes a su edad y el carácter del niño, y aprendan a sacar ventaja y volver a su favor las herramientas del mundo digital en la formación de los más pequeños.
NOTA RECOMENDADA: PADRES Y COMPETENCIAS DIGITALES
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