Padres que renuncian a la tecnología, hijos expertos usuarios, modelo de trabajo exigente en Chile, configuran una mezcla riesgosa.
El término popular o comunicacional “pequeños tiranos” hace referencia a los hijos que son los reyes o emperadores de la familia. Le han permitido creer que es el líder alfa del grupo y se comporta de manera agresiva o desafiante para lograr o defender ese estatus en el grupo.
También en el terreno de la Tecnología “saber es poder”: Este fenómeno se está ampliando en el ámbito de la tecnología, donde son los niños(as), adolescentes y jóvenes son los que tienen mayor incidencia en la decisión de compra y de uso de los aparatos tecnológicos en la familia. Esto deja en una situación de “Banco de Niebla” a los padres, con un confuso terreno de control o poder normar el uso en horas, espacio y acciones que se realizan. Esta sensación de confusión o no saber en los adultos habitualmente se relaciona con ceder este espacio en la relación y hogar.
Como señalan los adolescente en las entrevistas del proyecto GSD. “En general los padres no se involucran mucho. Son pocos los que lo hacen. Bueno… es porque no saben” (Carolina 3ro Medio). “Si mis padres no saben ¿cómo me pueden controlar? Soy yo el que se cuida” (Juan 4to Medio).
Quien tiene la responsabilidad y puede normar y brindar las condiciones básicas de seguridad y desarrollo en el hogar son los padres, no los niños. Incluso no sabiendo de tecnología, puede normar horas y momentos de uso del PC, conexión a Internet, etc. Es necesario establecer espacios de conversación para explicitar (decir claramente) lo que no pueden o no deben hacer en Internet por los riesgos que tiene (ej, grooming, ciberbullying o sexting).
El rol formativo implica que los niños puedan aprender sobre límites y autorregulación. Los adultos, inicialmente la familia es el agente primario en esta acción.
Lograr establecer límites no implica ni gritar, agredir o ganar imponiendo la ley del miedo. El límite implica vínculo, acuerdo, comprender y compartir un acuerdo mutuo que beneficia al grupo y a los integrantes. Pero, ¿Estamos preparado y haciendo todo lo necesario para recibir en el mundo a hijos e hijas 2.0? ¿Estamos formando más pequeños tiranos?
Ps. Miguel Arias – @miguelarias