Hipocondríacos en la Era Digital

Internet es una excelente herramienta para la difusión de conocimiento. Pero hay casos en los que se debe discriminar mucho más la gran cantidad de datos que se publican. Así ocurre en el caso de enfermedades y diagnósticos médicos.

SerDigital > @SerDigitalCL > 11.04.13

Lejanos parecen los días en que una persona iba al médico y se conformaba con el diagnóstico que le entrega el médico, pues no existían motivos para desconfiar de la experticia del profesional.

Sin embargo, con la aparición de las herramientas digitales, internet, buscadores y socialización de la información (a veces sin mucho filtro) surgió una variante de «paciente 2.0«. Uno más empoderado que va a la cita médica con mucha información sobre posibles diagnósticos y duda o cuestiona un poco más la opinión del galeno.

Con tantos datos sobre enfermedades, síntomas y tratamientos dando vueltas en la red, sumado al poco criterio o excesiva sensibilidad de algunos usuarios, es mucho más fácil caer en la trampa de los autodiagnósticos, automedicación o agravar un estado de preocupación sobre la salud.

La hipocondría es una afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud.

Básicamente, la persona que padece hipocondría vive con angustia, preocupación o miedo permanente a tener una enfermedad grave y que tan sólo es imaginaria.

Con el uso y abuso de Internet, el problema del autodiagnóstico ha ido aumentando a la par del número de hipocondríacos  Las personas predispuestas encuentran en la Red una fuente inagotable de información y un catálogo de miles de enfermedades, por lo que la gente que igual era un poco aprensiva o normal puede desarrolle una hipocondría.

Desde luego que el uso de sitios con información oficial tal como el portal de la Organización Mundial de la Salud, es una valiosa fuente de referencia y divulgación del conocimiento médico y del cuidado de la salud.

El aspecto clave es que no es posible sustituir la atención médica ni por todo el vademécum digital disponible en la Red.

En definitiva, internet es una herramienta que indudablemente puede ayudar y dar información, pero si estamos hablando de salud, ante cualquier duda hay que acudir al médico y dejarse asesorar por quienes saben y filtrar mucho más la información publicada en la red.

 

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