El mundo cambió. La forma de conocer a las personas, establecer relaciones y generar vínculo. No sólo ocurre en la vida cotidiana, además ocurre en las redes sociales e internet. Muchos de los viejos riesgos se pueden presentar en las nuevas plataformas.
Miguel Arias (@miguelarias) y Ube Martínez (@ubemar)
La realidad digital y conectada ha modificado el comportamiento de las personas de un modo que recién se comienza a considerar. Si bien la gente se está comunicando y conociendo a través de este medio, también se están formando parejas o vínculos que presentan nuevos escenarios.
El problema en sí no es que se encuentren parejas y se establezcan lazos, fenómeno positivo; sino que la alerta debe estar puesta en el tipo de comunicación que se establece en la red y la necesidad de nuevas herramientas de prevención en competencias digitales.
Surge un fenómeno que es necesario atender y estudiar y se refiere a la toma de decisiones por parte de los adolescentes, que debe ser también guiada por el conocimiento de sus padres.
La familia, colegio y amigos son los tres referentes de desarrollo clásico de los niños, adolescentes y jóvenes. Hoy se suma un cuarto factor que está tomando incluso más peso que los anteriores: Hoy tenemos internet, es decir, acceso al mundo conectado, plataformas abiertas y un espacio público.
Este nuevo mundo requiere nuevas competencias y la formación y mediación de estas competencias digitales por parte de los padres, cuidadores, tutores o educadores es clave. Dejar este rol social a los propios niños y adolescentes es una deuda moral y social de la generación bisagra y análoga frente a los nativos digitales.
¿Y si no existieran límites?
Un mundo sin límites es impensable. Para pensar, dar forma a las cosas, recordar, dibujar, escribir y fotografiar necesitamos establecerlos. Sin límites la realidad es borrosa o confusa.
Cuando abandonamos a los nativos digitales frente a los nuevos escenarios sociodigitales estamos generando una deuda frente a los huérfanos digitales. Si los padres, educadores o reguladores sociales no acompañan el desarrollo de las nuevas competencias digitales, el riesgo es enorme.
De esta manera, los jóvenes usuarios conectados a internet pueden emprender acciones que sus padres ni siquiera imaginan, limitan, tematizan ni incluyen en el repertorio de acción cotidiano como el desayuno, fin de semana o paseo familiar. Finalmente, que no norman o limitan desde un proceso de desarrollo social, moral y psicológico.
Como ejemplo, el adolescente J.M.O. refiere a una profesional del Programa de Alfabetización Digital y Mediática 2.0 (PADM 2.0) de Divergente: “Muchas veces estoy solo en mi casa y cuando mis padres no están, me llaman para saber si estoy ahí o no. Les digo he estado toda la tarde en el computador y ni siquiera me preguntan qué hago tanto en internet, ni porqué me acuesto tan tarde: la verdad, no están ni ahí. Y yo podría hacer de todo, total juran que no me va a pasar nada y que yo no voy a hacer nada”. Esta opinión es una alerta para el proceso de crecimiento que viven los adolescentes. Ellos necesitan de la orientación de sus padres, familia o un adulto de vínculo seguro que los pueda guiar en su natural búsqueda relacional, previniendo riesgos tan diversos como el embarazo precoz o el acoso, entre otros.
La lejanía frente a las nuevas tecnologías por parte de la generación bisagra (de 21 a 49 años) genera la brecha y ausencia de marcadores sociales para potenciar.
¿Qué hacer?
Más que un padre exija a su hijo conocer su lista de contactos de Messenger, es necesario que le explique los potenciales riesgos de esta plataforma.
Como ejercicio, se trata de ponerse al lado del hijo y no en frente, para enseñarle a desempeñarse sin riesgos en la web 2.0
Es recomendable realizar un control por la línea blanda, educativa, buscando acuerdos y compromisos. Se debe regular y autorregular el uso de internet. Así, los peligros que involucra internet pueden ser abordados en forma amplia, planteando el tema, preguntando al niño qué piensa y si conoce algún caso entre sus amigos.
Esta acción colaborativa puede servir también para un rico intercambio, donde el niño enseñará al padre sobre las nuevas tecnologías y plataformas; mientras el mayor lo orientará sobre las habilidades y sensibilidades necesarias para moverse en este mundo.
Y tú ¿Qué padre quieres ser?
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PADM 2.0 – Generación Ser Digital 2.0 – en Twitter @serdigitalcl
Programa de Alfabetización Digital y Mediática 2.0 – GSD 2.0